Ya saqué a mi nena de su caja, me costó lo suyo, ya que tenía alambres para sujertarla por todos lados. El problema es donde ubicarla, no quiero que ensucie lo más mínimo (cosa difícil) y por eso la he metido en otra caja, pobrecilla. ¡Parece su tumba! Ya cuando nos mudemos y me compre una buena vitrina la pondré toda orgullosa. Aproveché para hacerle un par de fotitos, lo malo es que al tener un vestido con tantas capas no se puede apreciar la flexibilidad de la nena.