He quedado con Sandra en el parque de al lado de mi casa. Nos lleva su padre en coche. Me hace una perdida para saber que ya han llegado (a esas horas da miedo salir a la calle, no hay ni un alma). Llegamos con tiempo de sobra al aeropuerto. Sacamos los billetes, esperamos un poco, embarcamos y nos subimos al avión. Los nervios aumentan. ¿Dónde está mi caramelo? Le doy la brasa a Sandra todo el trayecto preguntando por el dichoso caramelo. Al final no hay. Snif snif. Pisamos tierra catalana. Teníamos hambre y fuimos a una cafetería del aeropuerto. Después vamos a los baños a cambiarnos. Llega lo mejor. Solo nos queda maquillarnos. Las mujeres al entrar se quedan flipadas, algunas con cara de terror. ¿Qué han visto? Pues a unas enfermeras sangrientas. Mientras me miraba en el espejo para pintarme los ojos, Sandra me dijo después que vio como una chica entraba y salía corriendo del baño. Jajajaja. Una mujer se llena de valor y nos pregunta:
-¿Sois de alguna compañía?
Nos miramos Sandra y yo y no sabemos que decir. Nos hemos quedado muertas.
-No -le respondo- Vamos a un evento de cómics.
La mujer suspira aliviada:
-¡Ah! -la mujer se atreve a sonreír - Es que si erais de alguna no me subiría con vosotras a ningún avión.
Aguantamos la risa como podemos y salimos pitando de allí. Necesitamos dinero. Vamos a un cajero y la gente nos mira mal. Vamos a la parada de taxi. Un taxista habla con otro y nuestra presencia les interrumpe. Se lo toman con mucho humor. Nos subimos al primer taxi de la fila y se despiden diciendo:
-Si tardo mucho ya sabes que me ha pasado. ¡Llama a la polícia!
A las 9 ya estamos haciendo cola. Los zapatos de tacón hacen pupa. Nos entretenemos viendo los Cosplays de la gente e intentando localizar con el móvil a Alvarín. ¡No hay suerte! Después de unos cuantos intentos escuchamos su voz. Aún no se ha levantado de la cama. Quedamos en que cuando llegara nos llamara. Nos encontramos a Chichiri de Totoros. Se nos une a nosotras y charlamos. Abren las puertas y entramos en unos minutos. Cada uno va por su lado. ¡Ya no soportamos más el dolor! Nos quitamos los zapatos y nos ponemos unos más cómodos, que no van mucho con el disfraz pero ¡a la porra! Lo primero es la salud. Yo me los cambio rápido mientras Sandra tarda un poco más. Una chica disfrazada de enfermera de Silent Hill se me acerca emocionada y me pide que nos hagamos una foto. Da las gracias y se va más feliz que una perdiz. Sandra ni se ha enterado.
-Me han hecho ya una foto -digo con orgullo.
-¿Ya?
Damos la primera vuelta y a la segunda nos reunimos con nuestro macho de la camada. Va también disfrazado. ¡Qué mono que es!
Lo prometido es deuda y como soy una chica que las cumple aquí tenéis unas cuantas fotos:
¡Esta soy yo! Ha valido la pena esperar. Me daba un poco de vergüenza si os digo la verdad. Mucha gente nos preguntaba si éramos del Silent Hill. Si nos reconocían significa que el disfraz no nos salió tan mal. ¿No?
Alvarín, alias el hombre que ríe. Triunfó, no paraban de hacerle fotos.
La de enmedio es una compañera de trabajo, la morena de los labios rojos una amiga suya (que no se si lo podeis ver en la foto pero tenía unos ojos claros preciosos) y la que va manchada de sangre es la ya famosa Sandra.
Esta foto tiene historia. Sandra se enamoró del nene y quería hacerle una foto pero le daba corte. Yo, con toda la valentía del mundo, les pregunté a sus padres si le podíamos hacerle una foto. Ellos dos contentísimos pero el niño no reía ni a tiros. La mujer le dice:
-¿No quieres que te hagan una foto?
-NO
Allí, con todo el morro. Los ánimos de Sandra por los suelos. Al final se la hicimos acompañado del hombre.
Con Narutito. ¡Miden lo mismo!
En el stand de Planeta, con Bobobo. Estuvo muy simpático.
Gente animando el cotarro. Había un hombre que hacía entrevistas. Como mis amigos no querían hacerla me presté voluntaria. Quería saber cuantas series compraba al mes. ¿20? ¿25?
-No sé, ¿le vale las que colecciono actualmente sin importar periocidad?
-No hay problema.
-Mmmm, dejeme pensar.
Varios minutos después:
-Unas 40 o 45.
El tío me mira como loca pero allí está mi amado salvador para defender mi honor:
-Si si- dice Alvarín- no está mintiendo.
Unas cuantas preguntas más sobre género favorito, serie, personaje...
Comemos un bocata de hamburguesa. ¡Hambre!
Más gente. De tanto hablar y reír tengo la garganta seca. Vamos a una parada. Pido una Coca Cola y Sandra agua. Me siento generosa y la invito. 6 euros. ¡CRACK! Mi cartera se rompe a cachos. ¡Los mejores! El pelo es la caña. Los pobres debieron acabar hartos de tantas fotos.
¡Qué preciosidad de nena! Me encanta el vestido.
¡Ohhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh! Sandra se enamoró.
En el stand de 3xl con Luffy sonriente.
Mis mejores amigos. ¿A que son monos?
Os quedaréis con las ganas de ver la cara de Alvarín. ¡Es mío! Se portó como todo un caballero. Nos llevaba las bolsas si pesaban mucho. No parábamos de ir de un stand a otro a mirar cositas y él detrás, sin quejarse ni una sola vez. Cuando pensábamos que lo habíamos perdido él siempre nos encontraba.
Me encantaron estas dos nenas del Kigdom Hearts II.
Jajajaja, ¡está superbien hecho! El calor que debió pasar.
Subimos arriba para ver lo de las preguntas. Alvarín insiste que me apunte. No se cuantas veces le dije que no. Tenía un poco de calor así que Sandra y yo salimos de la sala. Nos pregunta una mujer si nos puede hacer una foto a las dos. Me pongo detrás de Sandra con la boca abierta haciendo como si me la fuera a comer. La tía alucina y tira la foto. No sé como ni de donde salieron muchos chicos con las cámaras a punto, los flashes nos dejan atontadas. El último fue un oriental que no tendría más de 15 o 16 años con una cámara con un objetivo que me río yo de los paparazzis.
Compramos todo lo que teníamos en un principio pensado y descansamos un poco. Nos volvemos a poner en marcha y nos piden una foto de los tres. ¡Otra! No me acuerdo porqué nos separamos y vino un chico majísimo disfrazado de Tamaki, que todo tímido nos pregunta si somos del Silent Hill. Le dijo que sí y nos pide una foto. El tío no está nada mal. Me aprovechó para la ocasión y le abrazo. Sandra no se lo cree.
Queríamos ir a la presentación de la revista de Mangaline y fuimos a la mesa redonda. Fue muy interesante, sobretodo por el invitado que trajeron. Hablaba del manga en nuestro país, cuando dijo que aquí era muy caro me salió del alma un fuerte JA y la gente se giró. Me escondí en los brazos de Sandra.
Cenamos cerca del recinto y nos despedimos de Alvarín. Otro taxi para volver al aeropuerto. Para rematar el día, pensé que ya no nos iba a pasar nada más pero me equivoqué. Al pasar mi maleta en el detector sonó. ¡El tuvo de pintura! ¡Cachis! El guardia me pide educadamente que si puedo abrirla. Lo busco mientras le digo que debe ser la sangre. El hombre se quedó blanco como la pared. ¿Se pensará que es de verdad? Intento arreglar la situación:
-Es pintura- sonrisa forzada.
-Imagino -contesta partiéndose el culo después de examinar el bote.
Sandra tiene un ataque de risa. Me muero de la vergüenza.
Esperamos sentadas a embarcar. Para que se nos pase el tiempo más rápido leo la revista de Mangaline y ahora es mi turno de tirarme por el suelo.
-¿Qué pasa?
-El.. señor.. Popó -me costó mucho decir.
Se lo enseñó y su cara lo dice todo.
Subimos al avión y estábamos tan cansadas que dormitamos todo el viaje. Su padre nos estaba esperando y me llevaron a casa. ¡A descansar!
Comentarios
Estais estupendas, genial el cosplay. Ahora a por el proximo ^^.
Sin saberlo nos sentamos juntas en los rellanos esos (los de la 1a foto) XDDD
Yo era una de las que iban con traje y corbata y careta de Keroro (bueno Dororo en mi caso XD) ese día o otro en que acompañaba a la hermana de un amigo que iba de Don Patch (llebaba una enorme bola naranja) y yo no iba disfrazada ^__^
Casualidades de la vida jeje
Gracias Ani.
Un saludo!!!