Cuando era un muchacho, Johnny Blaze hizo un trato con el mismo diablo para que ayudase a su padre. A cambio él le daría su alma. Ya ha pasado muchos años desde el pacto y es hora de que Johnny cumpla su parte. De día será una persona normal y corriente pero de noche, en presencia del diablo, se convierte en el motorista fantasma, un cazarecompensas de almas corrompidas. El hijo del diablo se ha escapado del infierno y este le encarga que lo devuelva a su lugar de procedencia.
Basado en un cómic (no puedo decir si es fiel o no ya no que no he leido nada de este personaje).
Lo primero que me llamó la atención es Nicolas Cage, ¡está superdemacrado! ¡Muy viejo! Y esas pintas de chuloputas (con la chupa de cuero que solo le queda bien a los jóvenes) tampoco ayudan mucho. Eva Mendes que, como siempre, hace de chica del prota que, ¡sorpresa!, los malos la secuestran para que el heroe no los ataque.
Los efectos especiales me gustaron mucho, sobretodo las llamas cuando inundan toda la ciudad o cuando la moto se transforma.
El fallo más gordo que tiene esta película es que los tres compañeros del hijo del diablo duran un suspiro, un poco de llamas del motorista fantasma y ¡PUM! ya están muertos.
En fin, es entretenida y poco más.
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