Esta semana echaron al vago de una vez por todas y, en su lugar, el jueves vino un chico nuevo, es simpático y, por lo menos, trabaja. No me puedo quejar.
El viernes fuimos a Palmayola (¿se escribe así?) y me dió depresión, ¡menudas casas tienen los ricos! Había pocas calles pero superlargas y las mansiones solían pillar muchos metros y nos matamos a andar hasta encontrar otra casa. La mayoría tenían perros guardianes y algunos daban miedo, ladrando e intentando echar las verjas abajo. Para colmo, después de comer se puso a llover y tuvimos que repartir igual, ¡quedamos como sopas!
Al final no acabo el 18, sino el 22 (¡solo quedan 2 semanas de infierno!).
El viernes fuimos a Palmayola (¿se escribe así?) y me dió depresión, ¡menudas casas tienen los ricos! Había pocas calles pero superlargas y las mansiones solían pillar muchos metros y nos matamos a andar hasta encontrar otra casa. La mayoría tenían perros guardianes y algunos daban miedo, ladrando e intentando echar las verjas abajo. Para colmo, después de comer se puso a llover y tuvimos que repartir igual, ¡quedamos como sopas!
Al final no acabo el 18, sino el 22 (¡solo quedan 2 semanas de infierno!).
Comentarios
Aguanta por la gente desgraciada como yo, que no ha podido hacer el reparto por los exámenes. Sniff no tengo dinero para el salón *música de depresión*
Saludosh
¡En que estaría pensando!