La mala suerte me ha atrapado y no piensa soltarme. Ayer, antes de acostarme, una persona muy cercana a mí (no voy a decir quién fue) sin querer se le cayeron mis gafas (me estaba lavando la cara para ponerme la crema para los granitos y las había dejado encima del lavabo) al intentar ponerlas en otro sitio. ¿Resultado? ¡Un cristal roto! ¡Menuda putada! Se lo dije a mi madre y pensó que las había roto yo y casi me pega por el dineral que habían costado (y cuando digo dineral no exagero en absoluto) y la persona que lo había echo no dijo ni piu. ¡Estoy muy enfadada! No por las gafas, se arreglan y ya está (aunque el dinero es el dinero) lo que me dió rabia fue que no dijera que había sido el/ella el/la responsable de lo ocurrido. ¡Estoy bien jodida! Ahora tengo que ir a que me pongan un cristal nuevo y no creo que hasta el Lunes lo tengan listo. ¿Que voy a hacer hasta entonces? El Domingo tenía pensado ir al cine. Al menos tengo otras gafas pero son de menor diotría y a penas veo nada. ¿Cuando se acabará mi mala suerte?
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¡Gracias!
Esto son rachas, es así... Ya llegará la buena, seguro.