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Esta historia tiene dulzura y drama a parte iguales. Dulzura por la relación tan conmovedora que mantienen Kippei y Yuzuyu como padre e hija (o como hermana mayor y hermana pequeña, como querais). Drama por el tema tan delicado que trata: el abandono de niños. ¿Cómo se pueda abandonar a tú propio hijo? (en este caso una hija). Es triste cuando en la guardería los niños se ríen de ella por, simplemente, no tener una mamá. El dibujo es muy bonito (al menos a mi me gusta) y lo mejor son los vestiditos de Yuzu, ¡que monada de criatura!
Cuando se van a dormir juntos, abrazaditos es un amor, ¡que escena más bonita!
Llama la atención que este Shojo esté protagonizado por un chico (poco habitual, no me lo negareis).
Consta de 7 tomos y la edición de Panini es la de siempre (aunque el tomo pesa un poco más de lo habitual).
Lo recomiendo a todo el mundo, merece una oportunidad.

Pequeña Sipnosis:
La vida de rompecorazones de Kippei da un giro de 360º cuando se tiene que ocupar de su prima de tan solo 5 años. Yuzu tiene un gran trauma producido por el abandono de su madre y su gran temor es que Kippei, al que al poco tiempo de estar a su lado se encariña con él la abandone. La nueva labor de Kippei será más duro de lo que pensaba pero poco a poco pasará de ser un irresponsable a ser todo un padrazo-madraza.